Si miras a tu alrededor, puedes observar a muchas personas con alguna aflicción, y es posible que tu familia esté enfrentando situaciones difíciles. La pregunta es: ¿quieres ayudar a alguien? A veces solo somos espectadores de lo que está pasando, pero el Señor desea que asumamos el desafío de actuar para apoyar a los demás.
Hace unos días, un compañero de uno de nuestros hijos sufrió un accidente de auto muy grave, tanto que uno de los chicos con quien iba en el auto murió instantáneamente, y el amigo de nuestro hijo, junto con otro chico, quedó en estado crítico. Como familia, sentimos una carga espiritual inmediatamente, y toda nuestra Iglesia se volcó a orar por ellos. Nuestro hijo, mi esposo y yo fuimos al aeropuerto a recoger a los padres de su amigo; oramos por ellos, pero sobre todo, los inyectamos de fe. Pusimos a disposición de ellos nuestra fe. Mi esposo tomó la mano del papá y le dijo:
—Pon la mano sobre tu hijo, y si crees, sanará.
Fue tal la fe del padre del chico que, lo primero que hizo al llegar a cuidados intensivos, donde estaba su hijo, fue poner su mano sobre su cabeza. Apenas lo hizo, el chico abrió los ojos, y desde ese momento, milagro tras milagro ha ocurrido en su vida. Hoy está vivo, sano y con un testimonio de vida que contar. El padre, la madre y él ahora son creyentes para la gloria de Dios.
¡Si quieres ayudar a alguien, debes tomar la iniciativa!
La Biblia nos enseña que, para ayudar a las personas que nos rodean, podemos prestar nuestra fe, y quisiera que lo entiendas por medio de una historia:
«Aconteció un día, que él estaba enseñando, y estaban sentados los fariseos y doctores de la ley, los cuales habían venido de todas las aldeas de Galilea, y de Judea y Jerusalén; y el poder del Señor estaba con él para sanar. Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba paralítico, procuraban llevarle adentro y ponerle delante de él. Pero no hallando cómo hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de Jesús. Al ver él la fe de ellos, le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados».
Lucas 5:17-20
Algo falta en la fe si no se puede ver
El lugar donde estaba Jesús se encontraba repleto, pero esto no fue una limitación para estos hombres, que al parecer eran amigos del paralítico; ellos tenían disposición y estaban determinados a apoyar a su amigo.
Entonces, a pesar del esfuerzo que significaba, se subieron al techo para lograr que su amigo se encontrara con el Señor.
La Palabra de Dios dice: «Al ver la fe de ellos»; es decir, por la fe de otros, el paralítico recibió sanidad.
Alguien decía: «algo falta en la fe si no se puede ver». La fe tiene que verse con acciones; así como estos amigos, con la acción audaz y decidida de llevar a ese varón a Jesús.
¿Quieres que alguien de tu familia, amigos o conocidos reciba una bendición del Señor?
Si deseas ayudar a alguien, puedes hacerlo prestando tu fe. Ellos pueden acercarse a Dios y recibir el milagro que esperan por ti. En este momento, te animo a pensar en alguien que necesita ayuda; primero ora por su vida y luego pon tu fe en acción.
Búscalo y preséntale a Jesús; enséñale a orar, y también ora por él.
– Paola A Rodríguez R.