¿Bajo qué circunstancia es lícito practicar el aborto?
El aborto es la muerte de un niño o niña en el vientre de su madre producida durante cualquier momento de la etapa que va desde la fecundación (unión del óvulo con el espermatozoide) hasta el momento previo al nacimiento.
Se habla de aborto espontáneo cuando la muerte es producto de alguna anomalía o disfunción no prevista ni deseada por la madre; y de aborto provocado (que es lo que suele entenderse cuando se habla simplemente de aborto) cuando la muerte del bebé es procurada de cualquier manera: doméstica, química o quirúrgica.
Los defensores del aborto han procurado cubrir su naturaleza criminal mediante terminología confusa o evasiva, ocultando el asesinato con jerga como «interrupción voluntaria del embarazo» o bajo conceptos como «derecho a decidir» o «derecho a la salud reproductiva«. Ninguno de estos artificios del lenguaje, sin embargo, pueden ocultar el hecho de que el aborto es un infanticidio.
En la antigüedad la realización de abortos era un método generalizado para el control de natalidad. Después fue restringido o prohibido por la mayoría de las religiones, pero no se consideró una acción ilegal hasta el siglo XIX. El aborto se prohibió para proteger a las mujeres de intervenciones quirúrgicas que, en aquella época, no estaban exentas de riesgo; la única situación en la que estaba permitida su práctica era cuando peligraba la vida de la madre. En ocasiones también se permitía el aborto cuando había riesgos para la salud materna.
Durante el siglo XX la legislación ha liberalizado la interrupción de embarazos no deseados en diversas situaciones médicas, sociales o particulares. Los abortos por voluntad expresa de la madre fueron legalizados primero en la Rusia posrevolucionaria de 1920; posteriormente se permitieron en Japón y en algunos países de la Europa del Este después de la II Guerra Mundial. A finales de la década de 1960 la despenalización del aborto se extendió a muchos países.
Las razones de estos cambios legales fueron de tres tipos:
1) El infanticidio y la mortalidad materna asociada a la práctica de abortos ilegales;
2) La sobrepoblación mundial;
3) El auge del movimiento feminista.
Hacia 1980, el 20% de la población mundial habitaba en países donde la legislación solo permitía el aborto en situaciones de riesgo para la vida de la madre. Otro 40% de la población mundial residía en países en los que el aborto estaba permitido en ciertos supuestos —riesgo para la salud materna, situaciones de violación o incesto, presencia de alteraciones congénitas o genéticas en el feto— o en situaciones sociales especiales (madres solteras o con bajos ingresos). Otro 40% de la población mundial residía en países donde el aborto estaba liberalizado con las únicas condicionantes de los plazos legales para su realización. El movimiento de despenalización para ciertos supuestos, ha seguido creciendo desde entonces en todo el mundo y ha sido defendido en las conferencias mundiales sobre la mujer, especialmente en la de Pekín de 1995.
NUESTRA OPINIÓN:
Desde épocas antiguas está reconocido que nadie debería tomar el derecho de un niño que no haya nacido y matarlo. La medicina antigua ya contaba con este principio. Sin embargo, personas malvadas lo hacían y todavía hoy lo continúan haciendo. El Juramento Hipocrático, originalmente formulado como un juramento de conducta para los doctores y médicos en la Grecia antigua hace aproximadamente 2,400 años decía, «No daré medicina letal alguna a ninguna persona, aún si dicha persona me lo solicitara, ni aconsejaré a nadie la muerte; y de la misma forma, no daré a una mujer embarazada una pócima para inducir un aborto.»
Si usted cree que el fenómeno del aborto es un fenómeno moderno, usted tiene una percepción un tanto equivocada. Desde hace miles de años, existen aquellos que desean terminar su vida o la de otros para deshacer errores. Existen aquellos que desean asesinar a un bebé que no ha nacido para de alguna forma sentirse liberados de las «consecuencias» de sus errores. Si Hipócrates, un médico pagano, quien creía en todo tipo de dioses, sabía que había algo moral y éticamente erróneo con terminar la vida de un bebé indefenso, ¿Qué excusas tenemos hoy para matarlo, aún después de 2 mil años de investigaciones y exámenes que nos muestran el corazón, las manos, los pies, etc. del bebé?
Si estás pasando por un momento de decisión referente a la vida de tu hijo, detente en el nombre de Jesús y dale la oportunidad de vivir a ese hijo que Dios ha puesto bajo tu cuidado, recibe fuerzas ahora, una unción fresca sobre ti, todo saldrá bien, ni tú ni tu hijo pasaran necesidades DIOS SE HARÁ CARGO, AUNQUE TODOS TE DEN LA ESPALDA.
Te invito a ver y compartir este corto que habla del tema:
Daniel E Ospina B.