NO DISTE EN EL BLANCO
En hebreo la palabra para «pecado» es jattáʼth, חטא y tiene un significado menos religioso del que normalmente le damos. Pecar significa “errar” en el sentido de no alcanzar una meta, un camino, un objetivo o no dar en el blanco exacto. Crecimos con la engañosa idea de que el pecado es algo que tiene más que ver con Dios que conmigo, pero el problema con esta creencia es que en realidad es una forma sutil de evadir nuestra responsabilidad cuando no hemos dado al blanco.
Me gustaría empezar enlistando las 3 percepciones más sutiles y peligrosas que he escuchado sobre el pecado, y que reflejan el fondo de nuestra lucha con este.
1. Mi pecado afecta a Dios, no a mi
2. Si nadie me vio, no pasó.
3. Si no le hago daño a nadie, no es pecado
●1 MI PECADO AFECTA A DIOS, ¡NO A MÍ!. Esta es tal vez una de las formas más engañosas de entender el pecado, porque si bien es cierto que el pecado en sí mismo enoja y contrista a Dios, es una verdad entendida a medias. Frases con las que crecimos como: “No me digas mentiras porque Dios se enoja”, “No le pegues a tu hermanita porque Dios se ponen triste” nos hizo pensar que el pecado representa un problema para Él no para mí. Amigos, Dios sigue siendo Dios a pesar de nuestros pecados, y somos tú y yo quién asumimos las consecuencias naturales y espirituales de cada tiro al blando errado. El pecado nos daña a ti y a mí y representa un problema para nosotros, no para Dios.
●2 SI NADIE ME VIO, ¡NO PASÓ! Con este pensamiento no solamente negamos la omnipresencia de Dios, sino que damos lugar al pecado más letal de todos, el Pecado Oculto, ese que nos lleva a aislarnos y escondernos de la realidad para destruir nuestra alma y dejarnos licitados mental y emocionalmente: Hipocresía, envidia, codicia, inmoralidad sexual (pornografía, adulterio, fornicación), soberbia, murmuración y crítica entre otros. Unos más grotescos que otros y con consecuencias a diferentes niveles pero todos apuntando hacia el mismo lugar, nuestra destrucción, el entenebrecimiento de nuestra mente, y la muerte espiritual.
●3 SI NO LE HAGO DAÑO A NADIE, NO ES PECADO. Muchas de estas conductas ni siquiera están catalogadas como pecados y son aceptadas socialmente, lo que las hace más peligrosas. Convencen nuestras mentes de la falsa idea de ser un gusto o un reto personal y que en cualquier momento así como entramos podemos salir, cosa que no puede estar más alejada de la realidad. Vicios, pensamientos destructivos, ideologías de género, autolaceración, suicidio etc. La palabra de Dios y la comunión íntima con Él es una guía segura para sanar la herida más profunda de dolor y odio que se haya querido albergar en tu mente, alma y espíritu como el gran justificante de tu autodestrucción y que te ha prometido el gozo y la Paz que solo Dios puede Dar.
»Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. ¡Así que no se angustien ni tengan miedo.Juan 14:27-28 NTV
¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti, a todos los que concentran en ti sus pensamientos! Isaías 26:3-4 NTV
Cada vez que tú y yo NO DAMOS EN EL BLANCO O PECAMOS, nos exponemos a consecuencias espirituales y naturales, el PERDÓN DE NUESTROS PECADOS siempre está disponible en Cristo, y Él promete perdonarnos, olvidar nuestros pecados y además librarnos de la maldad que cada uno de ellos trae a nuestras vidas*, pero aun así quiero decirte algo que la experiencia me ha mostrado: Habrá ocasiones en las que el “camino de regreso” será difícil y habrán daños irreversibles que la inercia del pecado querrá dejar como huella en tu vida y por esto te quiero invitar a PARAR. ¡Basta ya! De darle licencia al pecado en tu vida, cierra las puertas necesarias que tengas que cerrar para no seguir coqueteando con la tentación* y recuerda que no hay voluntad humana que alcance para vencerla cuando nuestro espíritu está alejado de Dios. El Espíritu Santo es quién nos da el poder para vencer la tentación y quién ha prometido caminar con nosotros, consolarnos, llenarnos de poder y darnos autoridad todos los días de nuestra vida en la tierra.
*…pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.1 Juan 1:9 NTV
*Todos ustedes ya han sido educados bajo la gracia, Ahora bien, ¿eso significa que podemos seguir pecando porque la gracia de Dios nos ha liberado de la ley? ¡Claro que no!. Romanos 6:15
Quiero dejarte por escrito algunas de las consecuencias espirituales de NO DAR EN EL BLANCO O PECAR.
*No dar en el blanco o pecar me roba la alegría. La tristeza (derivada del pecado) que es según Dios produce arrepentimiento — La tristeza del mundo produce muerte. 2 de corintios 7
*No dar en el blanco me quita la seguridad… El que es prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. Proverbios 22:3
*No dar en el blanco o pecar me trae culpa. Porque yo reconozco mis transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí. Salmos 51:3 (El pecado empieza a definirte)
*No dar en el blanco o pecar apaga la voz del Espíritu Santo en mí.
1 tesalonicenses 5:16 No apaguen el Espíritu, no desprecien las profecías, sométanlo todo a prueba, aférrense a lo bueno, eviten toda clase de mal.
*No dar en el blanco o pecar me daña físicamente.
Debido a tu enojo, todo mi cuerpo está enfermo; mi salud está arruinada a causa de mis pecados. Salmos 38:3
*No dar en el blanco abre puertas a otros pecados. El pecado está a la puerta, al acecho y ansioso por controlarte; pero tú debes dominarlo y ser su amo. Génesis 4 6.
*No dar en el blanco Rompe nuestra comunión con Dios.
Isaías 59:2 Son sus pecados los que los han separado de Dios. A causa de esos pecados, él se alejó y ya no los escuchará
*No dar en el blanco o pecar me produce temor.
La primera consecuencia del pecado de Adán fue que tuvo miedo (Génesis 3:10). El pecado destruye el sentimiento de confianza que un hijo de Dios debe sentir en un amoroso Padre y produce un sentimiento de vergüenza y culpabilidad.
*No dar en el blanco o pecar buscará controlar mi vida.
Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es esclavo del pecado. Juan 8:34
Carolina Carvajal.
