Santa Claus es uno de los personajes más queridos y esperados por los niños en la época navideña. Su imagen de anciano bonachón, vestido de rojo y blanco, que reparte regalos por todo el mundo en un trineo tirado por renos, es reconocible en casi todas las culturas. Pero ¿de dónde viene esta tradición y cómo se ha ido transformando a lo largo de los siglos?
El origen de Santa Claus se remonta al siglo III, cuando nació en Patara, una ciudad de la actual Turquía, un niño llamado Nicolás. Nicolás pertenecía a una familia rica y cristiana, que le inculcó el amor por Dios y por los pobres. Cuando sus padres murieron, Nicolás decidió repartir su fortuna entre los necesitados y dedicarse a la vida religiosa. Se convirtió en obispo de la ciudad de Myra y se hizo famoso por su generosidad y sus milagros.
Una de las leyendas más conocidas sobre Nicolás cuenta que salvó a tres jóvenes de ser vendidas como esclavas, arrojando por la ventana unas bolsas de oro para que su padre pudiera pagar la dote de sus matrimonios. Las bolsas cayeron en unas medias que las jóvenes habían colgado para secar junto al fuego. De ahí viene la costumbre de colgar calcetines o botas en la chimenea para recibir los regalos de Santa Claus.
Nicolás murió el 6 de diciembre del año 345 y fue canonizado como San Nicolás de Bari, el patrono de los niños, los marineros y los comerciantes. Su fiesta se celebraba el día de su muerte, pero con el tiempo se trasladó al 25 de diciembre, coincidiendo con la Navidad. Su culto se extendió por toda Europa y especialmente por los países del norte, donde se le conocía como Sinterklaas en Holanda, Santa Claus en Inglaterra o Joulupukki en Finlandia.
En el siglo XVII, los colonos holandeses llevaron la tradición de Sinterklaas a América, donde se mezcló con otras influencias culturales y religiosas. En 1809, el escritor Washington Irving lo mencionó en su libro Historia de Nueva York, y en 1823, el poema Una visita de San Nicolás, atribuido a Clement Clarke Moore, lo describió como un duende regordete que viajaba en un trineo volador tirado por ocho renos. En 1863, el caricaturista Thomas Nast lo dibujó con su aspecto actual, inspirado en la vestimenta de los obispos.
El color rojo y blanco de Santa Claus se debe a varios factores.
Por un lado, el rojo era el color de la capa de los obispos y el blanco el de la nieve invernal. Por otro lado, en 1931, la empresa Coca-Cola encargó al ilustrador Haddon Sundblom una campaña publicitaria con Santa Claus como protagonista, usando los colores corporativos de la marca. Desde entonces, la imagen de Santa Claus se popularizó en todo el mundo y se convirtió en un símbolo de la Navidad.
Después de leer todo esto podemos decir sin dudas que Santa, más que un «sustituto» de Jesús en estas fechas de navidad se convierte en el logo símbolo comercial de esta temporada del año especialmente en los EE. UU., aunque con la ayuda de los medios se ha extendido a casi todo el mundo.
Disfrutemos estas fechas en la unidad y el amor con nuestras familias, rodeados de luces, paz, y no te preocupes por Santa que solo es un logo símbolo comercial de las fechas en las que honramos (aunque no sean estas) el natalicio de nuestro buen Jesús.
TIEMPOS DE CRISTO.
