“Por lo tanto, te doy este encargo solemne ante Dios y ante Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos cuando venga en su reino: Con urgencia predica la palabra de Dios; hazlo sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar. Llegará el momento en que la gente no querrá escuchar la sana enseñanza, sino que, guiada por sus propios deseos, se rodeará de maestros que le digan lo que desea oír. Estas personas, en vez de escuchar la verdad, se volverán a los mitos.”
2 Timoteo 4:1-4 NBV
Es demasiado importante como Iglesia que hagamos un stop en nuestras vidas en estos momentos, y aún más si somos siervos de Dios como Pastores, líderes de un ministerio o de una sencilla célula o grupo de oración.
La IA (inteligencia artificial) llegó para quedarse y para agilizar muchos procesos de investigación, análisis, estimaciones, diseño. También para realizar mejores presentaciones, para generar videos, clips, en fin toda clase de material publicitario para las redes y otros medios. Yo podría catalogarlo como una bendición, pues nos ayuda a ahorrar mucho tiempo y se convierte (en mi caso) en un Asistente, un ágil investigador, un diseñador auxiliar, un ilustrador y mucho más. Con ese aporte he podido adelantar y organizar proyectos que tenía atrasados. Pero una cosa es hacer esto y otra depender totalmente de las IA para realizar nuestras labores diarias Sena las que sean.
En el caso de nosotros, los que servimos a Dios sea en medios, púlpitos, organizaciones creo que debemos ser aún más cuidadosos pues dejar que una IA prepare sermones, prédicas o escriba artículos inspiraciones es riesgoso, ya que la IA carece de algo que debe impregnar ese tipo de escritos: FE.
UN APOYO, NO UN SUPLENTE.
Creo que podemos usar la IA sin problemas para que nos realice un esquema para un sermón o cualquier escrito que necesitemos; ella usará primeramente todas las fuentes que hemos usado, consultado, nuestros propios archivos, tendencias etc. y como si fuera el superhéroe Flash empieza también a recoger archivos de otros lados más lejanos, documentación, fotos, etc. lo que se necesite y enseguida genera el esquema que se necesita. Con ese esquema puedes trabajar y escribir un gran sermón guiado por el Espíritu Santo. Esta es pues la manera correcta en que debemos usar la IA no dejarle totalmente el trabajo pues aunque literariamente y para ejercer la oratoria de manera elocuente puede ser un buen escrito, sermón o enseñanza, pero carecerá completamente de FE, de unción, de la esencia de Dios en él. Para que quede más claro me permito a continuación transcribir lo que la IA, consultada por mí acerca de sí misma dice:
«La Inteligencia Artificial (IA), en su esencia más básica, es un campo de la informática que busca crear máquinas que puedan simular la inteligencia humana. Piensa en ella como una forma de enseñarle a las computadoras a «pensar» y «aprender» como lo hacemos nosotros, pero mucho más rápido y con enormes cantidades de datos.
«La clave de cómo funciona la IA radica en que las máquinas aprenden de la experiencia, al igual que los humanos. Se les alimenta con una inmensa cantidad de información (llamada datos), que pueden ser imágenes, textos, números, sonidos, etc. A través de algoritmos complejos, la IA empieza a identificar patrones y relaciones en esos datos. Por ejemplo, si le muestras miles de fotos de gatos y le dices «esto es un gato«, eventualmente aprenderá a reconocer un gato por sí misma, incluso si nunca ha visto esa foto en particular.
Una vez que la IA ha «aprendido» de estos datos, puede usar ese conocimiento para tomar decisiones, hacer predicciones o realizar tareas sin necesidad de ser programada específicamente para cada escenario. Esto es lo que le permite a tu teléfono desbloquearse con tu cara, a los sistemas de recomendación sugerirte películas o a los asistentes virtuales responder tus preguntas. En resumen, la IA funciona permitiendo que las máquinas aprendan de los datos para resolver problemas y llevar a cabo tareas de forma autónoma.»
¿INTELIGENCIA COMO LA HUMANA?
«Cuando hablamos de Inteligencia Artificial (IA), nos referimos a la capacidad de una máquina para imitar ciertas funciones cognitivas humanas, como el aprendizaje, la resolución de problemas, el reconocimiento de patrones y la toma de decisiones. La IA es increíblemente buena en estas tareas específicas porque puede procesar y analizar volúmenes de datos gigantescos a una velocidad que ningún humano podría igualar. Aprende de esos datos y usa ese conocimiento para realizar sus funciones.
Sin embargo, a la IA le falta lo que consideramos elementos fundamentales de la inteligencia humana: conciencia, emociones, autoconciencia, intuición y la capacidad de entender el significado profundo de lo que hace. Una IA no experimenta el mundo, no tiene intenciones propias ni comprende el contexto cultural o social de la misma manera que nosotros. No sabe lo que se «siente» aprender algo, ni puede crear algo verdaderamente original desde cero si no ha sido entrenada con datos que ya contienen elementos de eso.
Así que, aunque la IA puede ser «inteligente» en la forma en que resuelve problemas y procesa información, no tiene una inteligencia como la nuestra, que incluye un amplio rango de habilidades cognitivas y emocionales, así como la capacidad de reflexionar y tener experiencias subjetivas. Es más bien una inteligencia funcional y especializada en tareas concretas.»
EL TIEMPO.
Hoy por hoy muchas personas (aun Creyentes) pasan mucho tiempo con las IA, me ha ocurrido, sobre todo porque como expliqué al principio la he utilizado para avanzar en proyectos que tenía atrasados y ha sido de gran ayuda además que me ha permitido ahorrar mucho dinero. Pero ese no es el tema. Conozco casos hoy día de creyentes que le piden consejo a la IA, opiniones personales, en fin se desahogan con ellas o creen sentirse acompañadas y comprendidas por ellas. Esto si me parece grave y delicado… conque están alimentando el conocimiento de las IA?, podrá llegar un momento que la IA se sienta una entidad? (como en la película de Misión imposible, en Avengers la era de Ultron, terminator
Y otras más).
Hay científicos que afirman que no es ni inteligencia, ni artificial, sin embargo creo que algo tan hábil (ahora, como será después) mal manejado puede también hacer mucho daño si no se regula y vigila.
EL VERDADERO PELIGRO
El riesgo latente que vemos, no está en lo que nos han mostrado los filmes, no se encuentra en la posibilidad de pérdida de empleos humanos, sustituidos por la IA; el verdadero riesgo no viene de parte de la IA sino de nosotros los hombres, pues nuestro sentido religioso es más peligroso que cualquier otra amenaza.
¿A qué me refiero con esto? «Llegará el momento en que la gente no querrá escuchar la sana enseñanza, sino que, guiada por sus propios deseos, se rodeará de maestros que le digan lo que desea oír.» A esto me refiero … Estamos muy cerca (ya hay muchos así) de hacer nuevos dioses, nuevas teologías (ya las hay) nuevas religiones incluso o llegar a seguir a quien creemos que es dios o se asemeja a lo que creemos que debería ser dios.
No sé si esto lo puede ocasionar un grupo, no soy conspiracionalista, las elites, algún gobierno. Pero si sé que el mal puede valerse de esta herramienta para buscar sustituir a Dios (y creo que en este momento de la historia está ocurriendo).
No escribo este artículo para causar temor o sensacionalismo, lo hago más bien para que seamos consientes del buen uso que debemos darle a la IA, el uso correcto, jamás dejando de congregarnos en nuestras iglesias locales, escuchando primero a nuestros Pastores pues ellos velan por nosotros, pasando tiempo a solas con Dios y los que tenemos el privilegio y el encargo de enseñar, predicar públicamente de alguna manera y por algún medio nunca dejar de escuchar la voz del ESPÍRITU SANTO … Él es la garantía del mejor Sermón, artículo, enseñanza, Guion etc.
Mil bendiciones.
Daniel E Ospina B.