Reseña por Enrique Sierra
La enfermedad por adicción a las drogas de un individuo también enferma al círculo familiar en su funcionalidad; el tratamiento para superarla es, entonces, en equipo. Una mujer adicta a las drogas llega a la puerta de la casa de su madre para pedir albergue con la promesa de, por fin, dejar de consumir, intención en la que ha fracasado numerosas veces, desmoronando así su credibilidad entre la familia.
El amor y la compasión de la madre la llevarán a tomar una decisión que puede ser definitiva para este nuevo intento de la hija, y mientras tanto, mediante el desarrollo de la historia, conocemos los padecimientos causados por la enfermedad y el microuniverso destructivo que viene con ella. Madre e hija hacen un viaje desafiante a su amor y confianza para derrotar la adicción, que empieza con cuatro días.
Basada en un hecho real dado a conocer años atrás en un artículo de prensa, el colombo-mexicano Rodrigo García, acompañado de un elenco de cartel en Hollywood, retrata para la pantalla una historia de lucha y aprendizaje familiar en la batalla contra la adicción de uno de sus miembros, con estupendas interpretaciones en tono y ritmo que nos llevan a seguir este drama movido por la incertidumbre, pero abrigado por el amor para dar la pelea contra tal flagelo.