En nuestra sociedad, tener más de 60 años es sinónimo de vejez. Quienes gozan de estas edades y más terminan pasando mucho tiempo en sus casas esperando que los visiten. Caen en un círculo vicioso que, día a día, en lugar de levantarlos e impulsarlos a continuar impactando a otras vidas con su sabiduría y conocimientos, los deteriora física y cognitivamente. Pero, ¿Qué dice la palabra de Dios al respecto? ¿Cuándo se es viejo? ¿Es la vejez bíblica igual a la vejez que el mundo y los medios nos venden?
“El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; Estarán vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza es recto, Y que en él no hay injusticia.”
Salmos 92:12-15 RVR1960
Enlace a la Biblia
En el pasado artículo estudiamos qué era crecer como la palmera. Ahora estudiaremos qué es crecer como un cedro. Recordemos primero la información acerca del Cedro del Líbano.
EL CEDRO DEL LÍBANO
Es una especie de árbol de las montañas originario de la cuenca del Mediterráneo Oriental. Se ubica entre los 1.000 y 1.200 metros de altura, por lo que logra soportar inviernos fríos, heladas y precipitaciones escasas.
Se conoce como cedro de Salomón debido a que fue este material el empleado por el rey para construir el templo de Jerusalén, según dice la Biblia. Asimismo, sus productos son apreciados desde la antigüedad por culturas egipcias, griegas y romanas.
La principal característica del Cedro del Líbano es la forma conífera que posee el árbol. Puede alcanzar y superar los 40 metros de longitud, con un tronco de hasta 2,5 metros de diámetro. También se pueden encontrar los siguientes aspectos:
- Es un árbol muy longevo, llega a alcanzar los 2.000 años de edad. Además, es muy adaptable, pues crece en la exposición al sol, en suelos calizos y secos, y tolera las heladas.
- No soporta el exceso de humedad en el ambiente ni la contaminación. Se reproduce por semilla; cuando estas caen en terreno fértil, se inicia el proceso de germinación.
- Produce los primeros conos a los 40 años. Los conos masculinos alcanzan los 5 cm de longitud y son rígidos; los femeninos son leñosos y alcanzan los 12 cm de longitud.
El Cedro del Líbano es una especie de árbol muy común. Sobresale por tener un gran tamaño y porque los troncos de árboles viejos se dividen en varias ramas erectas y de gran tamaño. Esta capacidad le proporciona los siguientes usos:
- Industria maderera: De todos los cedros, esta variedad es la que mejor madera provee al campo de la carpintería. Posee una fibra recta que la convierte en un ejemplar estable y resistente a los ataques de insectos o polillas.
- Fabricación de objetos: Con la madera del cedro se hacen instrumentos musicales, ventanas, recubrimientos, lápices, mesas, sillas, muebles, puertas y chapas.
- Usos ornamentales: Estos ejemplares se siembran en los parques y calles para adornar las avenidas. Asimismo, las piñas o conos que desprende se emplean en la decoración de cualquier estancia.
- Aplicación medicinal: De este ejemplar se obtienen aceites y resinas que, después de ser tratados, se usan para aliviar la artritis, molestias por incorrecta circulación y problemas de la piel. También se extraen sustancias que se usan a nivel de laboratorio para la desinfección u observación en el microscopio.
- Espiritual: Se emplean los frutos o piñas para la celebración de la Navidad; los aceites para encontrar el equilibrio emocional y como aromaterapia para la relajación.
En resumen, el Cedro del Líbano es un tipo de árbol que a muchos impresiona por sus bondades y virtudes. Desde la antigüedad ha sobresalido por su utilidad, aspecto que en la actualidad lo caracteriza.
Si leemos con detenimiento todo lo relacionado con el Cedro del Líbano, entenderemos por qué razón el Salmista nos colabora con este y asegura que el justo, aquel que ha recibido a Jesús en su corazón como Señor y Salvador, crecerá como cedro. ¿Qué quiere decir esto?
- El Cedro crece toda su vida. Como vemos, hay cedros que alcanzan los 2.000 años de edad, y pensar en esto es una locura. No queremos decir que nosotros viviremos tanto tiempo, pero sí alcanzaremos el límite de edad que Dios nos permite (120 años; ver artículo al respecto). Y lo mejor es que, durante este tiempo, no dejaremos de crecer en todas las áreas de nuestra vida. Un ejemplo directo en la Biblia es Caleb, quien a sus 85 años, según la Escritura, tenía el mismo vigor y fuerza que a sus 40. ¿Se imaginan un guerrero (su profesión) de 85 años venciendo a unos gigantes y arrojándolos de la tierra que le fue otorgada?
«Y dieron Hebrón a Caleb, como Moisés había dicho; y él arrojó de allí a los tres hijos de Anac.» Jueces 1:20 RVR1960
Enlace a la Biblia
Si nos detenemos aquí a pensar un poco… ¿Cómo son los hombres de 85 años que conocemos? ¿Podrían enfrentar físicamente, como Caleb, a tres gigantes? Creo que no, y sería un no rotundo excepto uno que otro súperanciano que solemos ver en las redes sociales. Pero si estos súperancianos anabólicos y algunos del cine aún están activos, ¿no pueden acaso la palabra de Dios y la unción del Espíritu Santo permitirnos ser una especie de Caleb en nuestra edad mayor? Aún hoy hay ejemplos palpables de Calebs espirituales como el Rev. Kenneth Hagin Jr., Alberto Motessi, Kenneth Copeland, Jesse Duplantis, y el profeta Kevin Leal; en su tiempo: Yiye Ávila, Billy Graham, por citar solo algunos. Predicar, enseñar, escribir, plantar iglesias, pertenecer a grupos intercesores, asesorar a empresarios, hacer coaching en cualquier área, son algunas de las actividades que puedes realizar sin problemas a tus 85 años o más. No importa tu edad, no dejes de crecer, de aprender de la palabra de Dios, de aprender de finanzas, tecnología, medicina, etc. Dios te promete que crecerás toda tu vida. Haz esto realidad.
2. El Cedro del Líbano es uno de los árboles más útiles que existen. Sé útil sin importar tu edad. Como te decía en el punto anterior, a tus años tienes conocimientos y experiencia que a alguien le servirán. No te aísles; mentorea, enseña lo que sabes a alguien, deja un legado a tus nietos, hijos, vecinos, a alguien; estoy seguro de que lo que sabes será de interés para alguien y se usará para su vida. Hoy, con la ayuda de la tecnología, puedes incluso monetizar esos conocimientos. Asesórate y apóyate en algo; tus conocimientos y experiencia son valiosos y alguien los necesita de manera urgente. El hecho de no tener un trabajo ya no significa que eres un inútil. Es más, aún puedes emprender; hay casos de personas mayores que comenzaron sus empresas después de los 80 años y se hicieron millonarios. ¿Qué puedes perder? Antes ganarás vida si lo haces.
3. El Cedro del Líbano se multiplica. Crecer también es multiplicarse. Como vemos en el artículo, el cedro se divide en varias ramas, lo que refuerza los puntos anteriores. Agregaría que nunca dejes de discipular, de orar por los enfermos, de enseñar la palabra a otros. Si te encierras en tu casa, no podrás multiplicarte y te secarás poco a poco. Si siempre tienes discípulos, siempre estarás activo, atento y saludable.
4. El Cedro aún en la vejez fructifica. No importa tu edad; aún eres un productor. Fructifica, da fruto; tienes mucho fruto que dar. El problema de hoy no es que los jóvenes tomen las decisiones y manejen el mundo; el problema de hoy es el silencio de los mayores. Habla, aconseja, no dejes de orar por los tuyos y, sobre todo, alaba a Dios todos tus días. Te doy un dato: tu voz es lo que menos envejece, así que alaba, adora y sigue creciendo hasta tus 120 años.
Dios te bendiga.
