¿Cuál es el verdadero sentido de la gran comisión? ¿Qué significa hacer discípulos?
¿Cuál es el verdadero sentido de la gran comisión? ¿Qué significa hacer discípulos?
Jesús enseñó a sus discípulos «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19).
La Cristiandad a menudo refiere el pasaje como “la Gran Comisión” y no hay duda que esto es y por lo tanto, esta gran comisión debe ser tomada seriamente por todos los creyentes en el Mesías. La realidad, sin embargo, es que al considerar la Cristiandad del presente y su historia observamos que ser modificado el objetivo e impacto de la gran comisión. La iglesia por lo general persigue la conversión en lugar de hacer discípulos.
En su implacable búsqueda por convertir la humanidad, la iglesia ha abandonado el mandato y privilegio otorgado por Dios de entrenar y hacer discípulos. La iglesia lo ha hecho y sigue haciendo en detrimento propio. Es triste ver constantemente a la iglesia hacer omisión de las profecías bíblicas dichas por los profetas y por Jesús en referencia a la situación y estado de la humanidad al final de las edades. Estudiemos algunas de esas profecías.
Para referirse explícitamente a los tiempos del fin Jesús predijo
«y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará». (Mateo 24:12 [RV]).
Adicionalmente, Jesús aseguró que «como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca” (Mateo 24:37-38).
«Y en aquel día yo pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas las naciones de la tierra se juntarán contra ella”, que es lo expresado por el Señor en labios de uno de Sus profetas (Zacarías 12:3).
¡Note cuidadosamente que el Señor ha dicho todas las naciones!
Me he extendido para que podamos examinar y entender con claridad que, a pesar de su empeño, la Cristiandad no conseguirá jamás que los hombres se acerquen a Dios.
Es Dios mismo quien lo hace. Por consiguiente, si así lo vemos, resulta provechoso que la iglesia equipe y perfeccione los discípulos que Dios trae hacia Él en el Mesías por el Espíritu Santo.
Es razonable que todo creyente que en su corazón desee servir buscando los propósitos de Dios se sitúe en una de las siguientes dos posturas: ser discípulo o estar haciendo discípulos. Pablo escribió a Timoteo,
“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” (2 Timoteo 2:2).
Observe como el mismo Pablo admite la importancia de hacer discípulos.
Sobre el hacer discípulos, a pesar de toda la fundamentación contenida en las Escrituras, pudiera aún cuestionarse «¿Por qué es tan importante el hacer discípulos?» Una y otra vez vemos como la Escritura nos advierte sobre el tiempo de confusión, falsedad y engaño a sucederse en los tiempos finales. Jesús puntualizó
«Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.» (Mateo 24:24).
Por esto el Señor dice «He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.» (Mateo 10:16).
Hoy al estudiar la Cristiandad nos topamos con una serie de movimientos y organizaciones de culto que pretenden vendernos sus caminos como ciertos. Estas organizaciones mantienen y lideran gran cantidad de creyentes por caminos extraviados. En efecto, no solo es importante, sino que es vital el esfuerzo por capacitar discípulos a plenitud a fin de poder discernir la mentira. Pablo hizo referencia a esto al sostener
«a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí.» (Colosenses 1:28-29).
Debemos conocer a Dios en Espíritu y en verdad.
Como hemos visto, es crucial el estudio. Pablo precisó
«Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad» (2 Timoteo 2:15 [RV]).
Pero es importante así mismo que sepamos que el volumen de estudio no podrá mejorar nuestra posición ante Dios. Nuestra posición con el Señor fue definitivamente establecida al conocerle al pie de la cruz.
Estudiar y ser edificados en la Palabra de Dios persigue ser efectivos en el ministerio y propósito divino, ser fieles a nuestros talentos y glorificar a nuestro Dios y Salvador.
Todo reino cuenta con personas dispuestas, bien preparadas y con amplios deseos de servir al rey para sostener el reino. El Reino de Dios no es diferente.
Para terminar, todo esto si no tiene el sello de la intimidad con Dios corre el riesgo de convertirnos en conocedores, doctos y poseedores de métodos y metodología, pero si esto no tiene intimidad con Dios será vano.
Toda relación sin intimidad es costumbre y en esto no podemos caer como creyentes, debemos vivir cada día una comunión activa con el Espíritu Santo para que no solo seamos capacitados sino también seamos aprobados.
DIOS TE BENDIGA…
Tiempos de Cristo.
