¿Es tu boca fuente de agua viva o pozo séptico?. Estás hablando palabras de vida o palabras de muerte?.
“La lengua puede traer vida o muerte; los que hablan mucho cosecharán las consecuencias.”
Proverbios 18:21 NTV
“Y así, la bendición y la maldición salen de la misma boca. Sin duda, hermanos míos, ¡eso no está bien! ¿Acaso puede brotar de un mismo manantial agua dulce y agua amarga?”
Santiago 3:10-11 NTV
Recuerdas que por medio de tu boca, con unas sencillas palabras invitaste a Jesús a tu vida y confesándolo como Señor y Salvador recibiste el regalo de la vida eterna?. Esta confesión y tu Salvación la recibiste a través de Jesús por medio de tu boca eso está claro. Por esta razón así como recibiste salvación por este medio, por este mismo medio puedes traer caos y maldiciones a tu vida y a la de los tuyos. No puedes hablar mal, no puedes estar CONFESANDO lo malo, así sea que lo veas, no lo hagas, en tu boca hay PODER para bien o mal, para vida o muerte lo dice claramente la palabra.
Si te pido en este instante que digas que algo malo te va a ocurrir estoy seguro de que no lo dirás pues conoces bien que no debes hacerlo ni en juego. ¿Pero entonces porque razón estás continuamente hablando cosas negativas?… Porque le das tanta importancia a lo malo para estar hablando de ello continuamente?.
Es tu esposo desconsiderado contigo?; porque continuamente se lo dices?. Cada vez que se lo dices lo estás atando más y más a ese defecto. ¿Tienes un familiar enfermo? Cada vez que dices que está mal y que está enfermo y que sus exámenes salieron mal estás evitando quizás que el pueda recibir por Fe la sanidad que Jesús le proveyó en la cruz.
No estoy hablando de confesión positiva, ni de métodos de control mental, estoy hablando lo que dice la Palabra de Dios.
“Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;”
Efesios 5:19 RVR1960
El versículo anterior es claro, si somos creyentes debemos hablar entre nosotros con lo que dice la Palabra no con lo que vemos.
Más bien hablemos con lo que esperamos ver de acuerdo a lo que dice la Palabra de Dios respecto a esa situación que estás viviendo.
“Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.”
S. Mateo 12:36-37 RVR1960
Dios tomará cuenta de tus palabras sobre todo aquellas que dices a la ligera, o por ira o molestia, o quizás por ofender a alguien, e incluso por temor y a estas las llama ociosas, ten cuidado con estas palabras y con lo que dices pues por ellas puedes ser condenado… cabe aquí una pregunta que algún Teólogo experto podría contestarnos: si la salvación vino a nosotros por unas palabras confesadas dichas con Fe; podría ocurrir lo contrario?… bueno yo recuerdo que el mayor pecado de acuerdo a la Biblia es la blasfemia al Espíritu Santo. No?; pero bueno ese es tema para otro artículo.
Las palabras que hablamos en el pasado tienen su efecto en el futuro.
Muchas veces vivirás las consecuencias de lo mal que hablamos; pero también se puede lograr un efecto al revés, es decir si hablamos bien recibiremos bien.
Lo que quieras para ti y para tu familia comienza a hablarlo ahora de acuerdo a la Palabra de Dios.
Lo que hablamos comienza en nuestros pensamientos. Si sin duda hablamos lo que pensamos. Así que empieza ahora a cambiar tus pensamientos y empieza a confesar lo que quieres conseguir.
Confiesa con la palabra de Dios en el precioso nombre de Jesús.
Apóyate en la palabra no te apoyes en tus razonamientos, analiza que dice la palabra con respecto a eso.
“Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,”
2 Corintios 10:5 RVR1960
Quizás vayan a aparecer argumentos que confronten la palabra, derríbalos y cree lo que dice la palabra, la palabra de Dios no tiene lógica. La Palabra es por fe. Aunque te puedo decir personalmente no he encontrado contradicción en la Biblia.
Cree, confiesa y recibe.
Renueva tu mente, llénate de la palabra de Dios, acude al lugar secreto acude a la presencia de Dios, anhela al precioso Espíritu Santo.
Habla la palabra, no caigas en confesiones negativas.
hurga en la preciosa palabra buscando lo que esta dice de las áreas en que necesitas o deseas algo específico, seguro lo hallarás.
Ten cuidado con lo que dices, con lo que hables a tu pareja, a tus hijos… Nunca les digas palabras necias, nunca les digas o les llames por el nombre de lo que aborreces que hagan o sean.
Si ya lo has dicho empieza ahora a confesar lo bueno apoyado en la palabra y verás el resultado.
Cuida la palabra que entra a tu mente y corazón, no te llenes de basura, obsesionarse con las noticias y las redes hoy en día te llenará de pensamientos negativos que saldrán por medio de palabras negativas y maldiciones. Ten mucho cuidado con todo lo que debilite la fe.
¿Qué quiere Dios que hablemos?
Quiere que hagamos alabanza. En medio de ella ocurren milagros.
Salmo 35 28
Dios Quiere que salgan palabras medicinales de nuestra boca.
Así que da palabras de ánimo, sé positivo.
Huye de los que escupen veneno.
Huye de aquellos que mantienen hablando lo malo, así sean tu familia.
Quieres ver días buenos?, quieres que te vaya bien, ver días buenos?…
“Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos, Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;”
1 Pedro 3:10 RVR1960
La verdad trae vida. Alargarás tu vida si no mientes, si no engañas, si recebas tu lengua del mal… de hablar mal y escupir veneno porque te hicieron injusticia o porque no te hicieron justicia.
Habla lo correcto a todos y de todos, más si es tu familia. Llénate de la Preciosa palabra de Dios y que está sea la que salga de tu boca en todo momento y en todo lugar.
Te invito a orar:
Señor, sé que he hablado mal, quizás hace muy poco, quizás vuelva hacerlo pronto… perdóname y ayúdame a dejar de hacerlo. Me arrepiento de ello, quiero hablar lo bueno y no lo malo, quiero hablar vida… Quiero que cada palabra que salga de mi boca sea una alabanza a ti…
Que una sed de tu palabra me inunde ahora y que cuando hablé con quienes amo y aún con extraños broten ríos de agua viva de mis labios… En el nombre de Jesús Cristo… Amén.
Daniel E Ospina B.
Excelente artículo