El matrimonio, desde la perspectiva bíblica, es mucho más que un contrato social. Es un pacto sagrado que refleja la relación entre Cristo y la Iglesia. En Efesios 5:25 y 5:33, el apóstol Pablo establece el diseño divino para el hogar:
•“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella.”
•“… La mujer respeté a su marido.”
Dos verbos sostienen este mandamiento: amar (ἀγαπάω, agapáō) y respetar (φοβέομαι, phobéomai). El primero apunta a un amor sacrificial, incondicional y protector; el segundo a un respeto que honra, reconoce y edifica.
La Escritura muestra con claridad que cuando alguno de los dos falla —cuando el hombre no ama o la mujer no respeta— surgen consecuencias dolorosas tanto en la pareja como en la familia.
La raíz etimológica: amar y respetar
🔹 Amar (ἀγαπάω, agapáō)
•Proviene de agápē: amor divino, supremo, que no busca lo suyo.
•No se basa en sentimientos pasajeros sino en una decisión de entrega.
•Implica proteger, servir, dar la vida y buscar el bien del otro.
🔹 Respetar (φοβέομαι, phobéomai)
•Traducido como temer, reverenciar, honrar.
•No es miedo servil, sino un reconocimiento del valor y del rol del esposo.
•Implica deferencia, consideración y aprecio profundo.
👉 Así, Pablo nos muestra que el matrimonio funciona en equilibrio: el esposo ama para proteger y edificar; la esposa respeta para afirmar y honrar. Cuando este ciclo se rompe, la relación se resquebraja.
Ejemplos bíblicos de mujeres que no respetaron
1. Mical y David (2 Samuel 6:16–23)
Mical, hija de Saúl y esposa de David, lo menospreció cuando danzó con alegría delante del arca del pacto. En lugar de alegrarse por la presencia de Dios, lo ridiculizó y lo acusó de actuar como un insensato.
•Falta de respeto: lo deshonró como esposo y como rey.
•Consecuencia: la Escritura dice que Mical no tuvo hijos hasta su muerte.
👉 El desprecio quebró la intimidad matrimonial y selló su destino.
2. La esposa de Job (Job 2:9–10)
En el dolor de las pruebas, la esposa de Job le dijo: “Maldice a Dios, y muérete”.
•Falta de respeto: en vez de apoyarlo, lo debilitó en su fe.
•Consecuencia: Job la corrigió llamándola insensata. Su actitud se convirtió en tropiezo espiritual.
👉 El irrespeto en momentos de crisis puede ser un golpe devastador.
Ejemplos bíblicos de hombres que no amaron
1. Abraham y Sara (Génesis 12 y 20)
Por miedo a perder la vida, Abraham presentó a Sara como su hermana y la entregó en manos de reyes extranjeros.
•Falta de amor: no priorizó la seguridad de su esposa, sino la propia.
•Consecuencia: Dios intervino para proteger a Sara y Abraham quedó en vergüenza.
👉 Cuando el esposo no ama, expone a su esposa al dolor y al peligro.
2. Elcana, Ana y Penina (1 Samuel 1)
Elcana tenía dos esposas, y aunque amaba a Ana, permitió que Penina la humillara constantemente.
•Falta de amor protector: no cuidó el corazón de Ana.
•Consecuencia: Ana vivía angustiada y llorando, hasta que Dios mismo la consoló.
👉 El amor que no protege deja heridas emocionales profundas.
3. Salomón y sus muchas mujeres (1 Reyes 11:1–4)
Salomón amó a muchas mujeres extranjeras que lo desviaron del Señor.
•Falta de amor fiel: su “amor” fue más pasión que entrega.
•Consecuencia: su corazón se apartó de Dios y el reino terminó dividido.
👉 Cuando el amor se mezcla con idolatría y egoísmo, las consecuencias se extienden a toda una nación.
Enseñanzas centrales
1.El amor y el respeto son complementarios, no opcionales.
•El esposo que ama con agapáō facilita el respeto de su esposa.
•La esposa que respeta con phobéomai inspira el amor de su esposo.
2.El egoísmo rompe el ciclo.
•Abraham se protegió a sí mismo.
•Mical ridiculizó a David en público.
•Ambos casos muestran cómo el yo destruye el nosotros.
3.Las consecuencias trascienden lo personal.
•Mical perdió descendencia.
•Salomón perdió el reino.
•Elcana creó un hogar dividido.
•El irrespeto o la falta de amor afectan a generaciones enteras.
Aplicación práctica
•Para los esposos: amar a la esposa significa protegerla, cuidarla, levantarla en sus debilidades y entregarse en sacrificio, como Cristo lo hizo por la iglesia. No es dominar, sino servir.
•Para las esposas: respetar al esposo significa reconocer su valor, afirmarlo en su liderazgo y no ridiculizarlo ni menospreciarlo, ni en público ni en privado. El respeto es un lenguaje que alimenta su identidad.
•Para ambos: el matrimonio se fortalece cuando el amor y el respeto fluyen mutuamente. El círculo se rompe cuando uno espera recibir antes de dar. La clave está en obedecer a Dios primero.
Conclusión
La Biblia es clara: el amor y el respeto son columnas que sostienen el matrimonio. Cuando el hombre no ama, la mujer queda expuesta y herida. Cuando la mujer no respeta, el hombre queda debilitado y avergonzado.
Efesios 5 nos recuerda que el matrimonio refleja a Cristo y la Iglesia:
•Cristo ama y se entrega.
•La Iglesia honra y reverencia.
Ese es el modelo divino. Cuando lo seguimos, el matrimonio no solo sobrevive: florece como testimonio vivo del amor de Dios.
TIEMPOS DE CRISTO 2025.

