¿Sabías que el nombre de Dios está escrito en nuestro ADN?. Publicamos una investigación maravillosa acerca de este tema.
«Tal como no te das cuenta de cuál es el camino del espíritu en los huesos dentro del vientre de la que está encinta, de igual manera no conoces la obra del Dios [verdadero], que hace todas las cosas». (Eclesiastés 11:59)
«Mis huesos no estuvieron escondidos de ti cuando fui hecho en secreto, cuando fui tejido en las partes más bajas de la tierra.
Tus ojos vieron hasta mi embrión, y en tu libro todas sus partes estaban escritas, respecto a los días en que fueron formadas y todavía no había una entre ellas». (Salmo 139:15,16)
“Antes de estar formándote en el vientre, te conocí; y antes que procedieras a salir de la matriz, te santifiqué. Profeta a las naciones te hice”. (Jeremías 1:5)
A continuación adjuntamos una investigación que fue realizada hace muchos años por investigadores médicos que descubrieron que la secuencia del ADN está relacionada con el Nombre Divino, su gramática hebrea y su posible pronunciación y la creación de la vida. Solo quiero acotar que los radioastrónomos han descubierto que los cuerpos celestes (planetas, sol, etc.) emiten sonidos (frecuencias vibratorias) imperceptibles al oído humano. Entonces, cuando un ser humano es engendrado hay un maravilloso suceso que ocurre en dónde fuerzas desconocidas para la ciencia intervienen. Aunque el principal investigador de este asunto, J. Hurtak, se volvió con los años un miembro activo de ciertas corrientes más apegadas a lo metafísico (fenómeno que está ocurriendo con algunos científicos debido a encontrarse con lo espiritual), no podemos dejar de analizar este interesante tema, sobre todo para los que apreciamos el Nombre Divino.
En la enseñanza bíblica, según los judíos, se dice que la estructura del cuerpo humano surgió de la pronunciación de la Palabra Divina (el sonido original del Nombre de Dios). Algunos establecen una correlación de este Nombre Divino (JEHOVÁ – YHVH o YHWH) como la clave que está detrás del código de trascripción de las letras químicas que desarrollan el cuerpo humano. En 1973, mientras estaba en la Universidad de California, J. Hurtak llegó a comprender que existía una conexión entre las asociaciones lingüísticas y genéticas en las Letras que conforman el nombre de Dios en el Hebreo Bíblico (YHVH). Elaboró una tabla de recursos genéticos usando el Código del Nombre Divino en un arreglo triple de letras, incluyendo el «inicio» y el «alto» en la codificación de las letras para cada una de las secuencias de los aminoácidos y los ácidos nucleicos. Este trabajo fue presentado, de manera selectiva, ante la Academia de Medicina en junio de 1973 por el Dr. J.J. Hurtak, como una matriz para la interrelación entre el lenguaje y la genética en el uso del nombre de YHVH. A pesar de la abrumadora evidencia de esta correspondencia basada en el trabajo de investigadores médicos, la comunidad científica en general acepta esta situación como una enorme coincidencia.
En cuanto a los códigos de combinación del ADN que conforman los muy complejos aminoácidos, se delinea al código del ADN como una serie de matrices. La primera y fundamental matriz cúbica consiste de las permutaciones del Tetragrámaton, las cuatro letras en Hebreo que se traducen como Jehová o Yahweh (Yod- Heh-Vav-Heh). Esta matriz se denomina ‘Palabra-Espíritu‘. La tabla ‘Palabra-Espíritu‘ se conforma de las tres letras del Nombre Divino que, en varias combinaciones, crean las 64 celdas. Aunque el Nombre Divino se escribe con cuatro letras, utiliza solo tres del alfabeto (Y-H-V, con la H repetida), tal como el ADN o el ARN tienen cuatro nucleótidos como «letras» pero solamente se leen tres a la vez para formar el codón que codifica los aminoácidos de nuestro cuerpo. El Nombre Divino no es estático, al igual que las secuencias del ADN, y se puede volver a combinar para diferentes funciones (V-H-Y-H-Y-V-H-H-V, etc.).
Se concluyó que:
1. El Nombre de YHVH está codificado dentro de cada función bioquímica de nuestro cuerpo, especialmente dentro de la matriz dadora de vida del ADN-ARN.
2. El Nombre Divino transpuesto sobre los mecanismos de la codificación matriz, es el factor primordial en la bioingeniería, tanto para el presente como para el futuro.
3. El Tetragrámaton del Nombre sagrado se compone de las tres letras distintas sagradas (la cuarta H como vemos es una repetición):
‘Yod’, ‘He’, ‘Vau‘(Vod)
4. El Tetragrámaton se conecta (es equivalente a la perfección) con las cuatro bases nitrogenadas más comúnmente encontradas en el ADN y ARN que contienen cada una dos pirimidinas y dos purinas. Tanto el ADN como el ARN contienen adenina y guanina, las cuales son purinas, y citosina que es una pirimidina. No obstante, el ADN contiene la base pirimidina timina mientras que el ARN contiene uracilo.
5. Se observa que el Tetragrámaton del Nombre sagrado se usa dentro de un sistema deca-delta. El sistema decadelta se compone de diez emanaciones Lumínicas que funcionan a través de una sección cónica piramidal, la cual estructura el anteproyecto de la vida. Las emanaciones lumínicas (Y Sónicas) en física cuántica son los cimientos del mundo material, ya que la materia está compuesta por energía.
6. La sección cónica piramidal controla las actividades principales: el anteproyecto genético de la vida para un orden progresivo determinado. Este anteproyecto se despliega como una serie de retículos que se interconectan al girar en espiral desde la plantilla original de la sección cónica. Se conforma la superestructura de hélice espiral del ADN.
7. Por lo tanto, las diez emanaciones Lumínicas inician una pulsación de superhélice que permite que los retículos se interconecten, coordinando una actividad codificadora. Esta interconexión, en nuestro mundo de forma biológica, inicia el eslabonamiento para la tetrahélice.
8. Las diez emanaciones Lumínicas proyectan las principales frecuencias código para todos los niveles de ordenamiento metabiologico (es decir, la Luz es la función codificadora). Las diez emanaciones Lumínicas son necesarias para preservar la correspondencia entre la fase humana de la imagen y la fase Divina de la Imagen. Se confirmaba para algunos que el hombre es un reflejo (en nivel inferior o material) de la Imagen divina. “Hagamos al hombre a nuestra imagen”, dijo Dios, utilizando su nombre de manera pura, aplicando de manera óptima su mismo significado: YO SOY… “El Hace que llegue a Ser”, y el hombre fue “hecho”, como mencionaban los antiguos judíos y la Biblia.
Ha tomado varias décadas de investigación poder comprender la vastedad de los mecanismos codificadores del ADN humano. A principios de 1970 los investigadores que trabajaban en esto confirmaron la existencia de un verdadero «código» en el nivel de nuestra estructura genética que co-evoluciona la vida de acuerdo a un plan evolutivo superior. Esto desafía la inherente indeterminación del mundo físico mismo y muestra niveles superiores de simetría y equilibrio, es decir, un mundo no dominado originalmente por la llamada teoría del caos.
No sabemos hasta donde lleguen estas investigaciones, personalmente no entiendo todo claramente, pero sé que no podemos probarlas de manera tajante, tal como muchas teorías cuánticas como las de las cuerdas no se han podido comprobar, pero nadie hoy duda de ellas.
Lo que si podemos asegurar es que tenemos en Manual precioso que es la Biblia y un mediador entre Dios y los hombres para que a través de la comunión con el podamos entender algo de estos misterios y seguirnos maravillando porque EL ES REAL y hasta la ciencia lo demuestra.
Queda poco tiempo… Prédica y si puedes usar este tipo de investigaciones úsalas, aunque no te enredes en discusiones, pero no calles, habla…
TIEMPOS DE CRISTO. 2023.
Apartes tomados de varias fuentes entre ellas Claudio A Holguín Bermúdez. Academia.

